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Juventud Franciscana (JUFRA) República Dominicana

Instituciones Laicales de la Infancia y la Juventud

 

La Juventud Franciscana (JUFRA), somos la fraternidad de los jóvenes que nos sentimos llama- dos por el Espíritu Santo a hacer la experiencia de la vida cristiana a la luz del mensaje de San Francisco de Asís. (Art. 96.2). Actualmente la JUFRA está presente en diferentes zonas del país: Arquidiócesis de Santo Do- mingo y Santiago; Diócesis, San Pedro de Macorís (Yamasá), Ntra. Sra. de La Altagracia (Higüey) y La Vega.

El logo está compuesto por la Tau que identifica a la familia franciscana y los colores de la bandera dominicana que representa de donde somos geográficamente.

El escudo de identificación es el “Abrazo” franciscano que tiene los siguientes rasgos: dos brazos en cruz, que representa la unión entre Cristo y San Francisco de Asís, y la parte superior central una cruz iluminada.

Origen y ubicación: Se crea en la República Dominicana el 15 de noviembre de 1971 un movimiento de ideales cristianos, inspirados en San Fran- cisco de Asís, cuyo nombre es “JUVENTUD FRANCISCANA” (‘JUFRA”). Su sede nacional se encuentra en la Parroquia San Francisco (“Paz y Bien”), calle Sabana Larga, esquina Club Rotario; Ensanche Ozama, Santo Do- mingo, República Dominicana.

Carisma: La espiritualidad de la Jufra se fundamenta en San Francisco de Asís. Por ser laicos, consideramos la regla de la OFS, aprobada por el Papa Pablo VI, como el documento inspiracional, – sobre todo el Cap. II – para el crecimiento de nuestra vocación franciscana a nivel individual y fraterna. (Art. 96.3). (1) La norma de vida de los jóvenes franciscanos es el Evangelio, siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, quien hizo de Cristo el centro de su vida, en relación con Dios y con los hombres (1 Cel. 18:115); (Re. OFS II, 4).

Misión y obras: La juventud franciscana, con el fin de implementar el Proyecto Evangélico, tiene su específica organización y, esquemas apropiados a las necesidades del mundo juvenil y de su pedagogía, según las necesidades existentes en nuestro país. (Act. 96.5). Teniendo en cuenta que la juventud es la etapa de las grandes opciones en la vida, cuidaremos de orientar nuestras vidas respondiendo a la vocación concreta de cada uno. Como mensajeros de la perfecta alegría, procurarnos conducir a los demás a la alegría y a la esperanza. (Re. QFS. II, 19). Como jóvenes en camino a optar por el matrimonio, es nuestro deber el prepararnos a conciencia, promoviendo encuentros y cursillos para tal fin. Las diversiones y la fiesta son parte integrante de la etapa juvenil de la vida. Procuraremos que esos momentos sean experiencia de comunión e intercambio, de manera que seamos testimonio de vida cristiana. Puesto que la Jufra nos hace vivir el carisma franciscano en la etapa de la juventud, recomendamos para nuestra madurez, continuar la misma ingresando en la Orden Franciscana Seglar (OFS).