Pandilla de la Amistad

 

Origen del movimiento: Pandillas de la Amistad nació en Toluca, México, el 14 de febrero de 1973, por la idea del Padre Antonio Zamora y un grupo de jóvenes de llevarles la Buena Nueva a los niños y adolescentes de ese lugar. La idea de traer el movimiento a Re- pública Dominicana surge por la iniciativa de Monseñor Benito Ángeles para que la niñez y adolescencia de República Dominicana pudiera continuar su formación cristiana luego de terminar su catequesis. Él había traído al país el movimiento Onda Juvenil Católica, para jóvenes entre 15 y 18 años y otros importantes movimientos, identificó la necesidad de evangelización de los jóvenes menores de 15 años y decidió a traer el movimiento a República Dominicana. El equipo dominicano quedó conformado por Monseñor Benito Ángeles, Padre Kennedy, familia Deveaux Guzmán (Edwin, Miguelina, Eymi (19 años) y Benjamín (10 años) y Familia Polanco Ruiz (Miguelina, Jamie (17 años) y Mariangel (13 años).

Julio 2013 Retiro No. 1 de la Republica Dominicana, impartido por mexicanos: Aprovechando las vacaciones escolares, un delegación de 27 mexicanos vino al país e impartió el retiro No. 1 de Republica Dominicana del 23 al 25 de julio, de martes a jueves, en el Centro de Formación Integral Juventud y Familia, CEFIJUFA, En ese retiro participaron: De la Arquidiócesis de Santo Domingo, 65 niñas y niños, y de la Diócesis de La Vega, desde Bonao, 22 niños y niñas, 1 Sacerdote y 3 tías; y desde La Vega, 35 niños y niñas, 1 sacerdote y 4 tíos.

Después del retiro No. 1, los pandillistas de las diferentes localidades tendrían como principal objetivo, impartir el retiro No. 2 de Pandilla de la Amistad en cada una de sus localidades, con un equipo enteramente dominicano. Para ello debían consolidarse 3 comunidades, la comunidad de Santo Domingo, que impartiría el retiro en la Arquidiócesis de Santo Domingo, la comunidad de La Vega y la comunidad de Bonao, siendo estas últimas responsables de impartir el retiro en la Diócesis de La Vega.

Onda Juvenil Católica

 

El Movimiento de la Onda Juvenil Católica es un movimiento de Iglesia, dirigido por adolescentes, asesorado por matrimonios y sacerdotes, que mediante un método propio, evangeliza al adolescente a través del adolescente, llevándolo a un encuentro vivo con Jesucristo por medio del kerigma (primer anuncio) buscando que se comprometa a vivir cristiana- mente en los ambientes donde convive ordinariamente, participando en las actividades de su Diócesis, desde su Parroquia. Fue creado en la ciudad de Toluca, México en 1978 por el reverendo padre Antonio Zamora y traído a la República Dominicana por Mons. Ramón Benito Ángeles en 1998 y fue instalada en la ciudad de La Vega. Se ha expandido a Santo Domingo, Bonao, Fantino, Cotuí, San   Francisco de Macorís, Santiago y Nagua.

Para ser integrante del Movimiento Onda Juvenil Católica, es necesario vivir el retiro de Onda y dar testimonio de vida cristiana. El retiro denominado “Onda” en el cual el adolescente es evangelizado por medio de charlas, testimonios de vida auténticos y cristianos que propician la auto reflexión, despiertan el anhelo de cambio y es llevado a un encuentro con Jesús, el modelo ideal para su vida. Se le presenta al joven un Jesús vivo y atrayente, donde podrá encontrar alivio a su soledad y apoyo incondicional a todas sus necesidades, llevándolo a un encuentro con El, ubicarlos ante las personas, acontecimientos y la sociedad; mejorar la comunicación entre ellos y sus padres.

Como simples sembradores en La Viña del Señor, estamos sembrando la semilla evangélica de La ONDA Juvenil Católica en nuestros jóvenes, y nuestro desafío está en dar continuidad a esta obra de amor.

Los Coordinadores nacionales son la pareja de Nelson del Orbe y Elizabeth García, junto con Mons. Benito Ángeles como Asesor Espiritual.

Hamlet Rodríguez es Coordinador Diocesano, Distrito Nacional.

Contacto: (809) 299-1003.

Movimiento Escoge

 

Es un movimiento católico compuesto por jóvenes y para jóvenes, que pretende producir un encuentro profundo de la persona consigo misma, con su familia, con quienes le rodean y con Dios.

Es un fin de semana de convivencia, reflexión y oración, centrado en la vivencia de valores humanos y cristianos, proyectados a través de dinámicas diversas. Ha sido creado para jóvenes adultos de 20 a 45 años. Estos pueden ser de padres o madres solteras. En tanto, los equipos están liderados por pareja de esposos, sacerdotes y líderes juveniles. Surge del Encuentro Matrimonial. El fundador de ESCOGE es el mismo del Encuentro Matrimonial, Padre Chuck Gallagher.

Objetivo del ESCOGE: Integrar al participante con su familia humana y su familia de fe, para que pueda cumplir su vocación laical en el mundo y para ser testimonio del amor de Cristo ante los demás.

Carisma del Escoge: Es un regalo de Dios, un don, una gracia que el Señor nos da y se hace presente cuando se pone al servicio de los demás con humildad y amor. El don del Señor que nos permite encontrarnos con nosotros mismos, con los demás (especialmente la familia) y con Dios a través del crecimiento en los valores humano-cristianos.

Escoge en República Dominicana: EL ESCOGE llega al país después de una visita que en julio del 1995 realizara a la ciudad de Toluca, México, Mons. Ramón Benito Ángeles, donde conoció a una pareja de novios que con su testimonio de vida y el de su familia lo motivaron a que viviera la experiencia. A su regreso a la República Dominicana, Mons. Benito Ángeles invitó a un grupo de jóvenes, parejas y sacerdotes de la Diócesis de La Vega, para que lo acompañaran a vivir esta magnífica experiencia. La delegación vivió, en Octubre de 1995, el FDS número 51 de Toluca México. Cuatro meses después de regresar el grupo, en Febrero del 1996, se organizó y se realizó el primer FDS del Escoge en La Vega, Rep. Dom., en la casa de Cursillos del Santo Cerro, gracias al apoyo del Equipo Eclesial de Toluca y de un grupo de parejas y jóvenes, 24 Mexicanos que viajaron por 10 días a R. D. y así se pudo hacer realidad este gran reto.

En Febrero del 1999 un equipo de jóvenes, sacerdotes y parejas de la Diócesis de La Vega imparten la primera experiencia en La Arquidiócesis de Santo Domingo, donde un total de 90 personas la viven a plenitud. Aquí se inicia la primera expansión del movimiento dentro de la República Dominicana. También el amor del Escoge y su espíritu misionero se hizo presente en la Arquidiócesis de Santiago de los Caballeros, en el 2002 el equipo diocesano del Escoge de la Diócesis de La Vega, a petición de la Arquidiócesis de Santiago llegó hasta esa pujante comunidad eclesial.

La Diócesis de la Vega ha expandido el Movimiento a la Diócesis de San Francisco de Macorís, mientras que la Arquidiócesis de Santo Domingo lo ha expandido a las Diócesis de San Juan de la Maguana, Barahona y San Pedro de Macorís.

Hasta ahora han participado más de 7,000 jóvenes, de las localidades de La Vega, Santiago de los Caballeros, Santo Domingo, San Pedro de Macorís, San Juan de la Maguana y San Francisco de Macorís. A nivel nacional se han realizado 139 FDS Escoge: 54 en La Vega; 59 en Santo Domingo; 22 en Santiago; 03 en San Juan de la Maguana; 01 en Barahona; 02 en San Francisco; San Pedro en proceso.

En los años de vida del ESCOGE en la República Dominicana los resultados obtenidos, para Gloria de Dios, han sido muy tangibles:

Jóvenes que han encontrado un nuevo sentido en su vida al abrir sus corazones a Dios; que han mejorado sustancialmente su vida familiar al estrechar la relación con sus padres y hermanos y al vivir la sanación interior y el perdón en su círculo familiar; Jóvenes que se han dispuesto a hacer cambios sustanciales y radicales en sus vidas, al decidirse a luchar por vivir un nuevo estilo de vida, dejando renacer en ellos al “hombre nuevo” al que nos llama Jesús; Jóvenes que se han integrado a nuestra Iglesia después de mucho tiempo de separación; Jóvenes que se han dispuesto a vivir los sacramentos de la Eucaristía y Reconciliación, integrándolos como un valor en sus vidas; Jóvenes que han fortalecido su vocación a ser persona y al sacerdocio; Matrimonios que han fortalecido su decisión de entregarse al apostolado de trabajar con jóvenes.

Directiva del ESCOGE a nivel nacional: Sacerdote Asesor, Mons. Ramón Benito Ángeles Fernández, Obispo Auxiliar de Santo Domingo, mons.benitoaf@gmail.com; Pareja de Esposos: Agustín y Celia Jáquez; Jóvenes: Mahrsleska Maradei de Santo Domingo; Daniel Jiménez de Santo Domingo y Jonathan Pimentel de Santiago.

Juventud Mariana Vicentina (JMV)

 

Historia: Para el año 1830 Francia se encontraba inmersa en revoluciones por intereses políticos, de la monarquía y la corona, y fue en medio de estos acontecimientos e incertidumbres sociales donde en París, exactamente en la calle del Bac, en la casa Madre de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que la Virgen María deja un mensaje a la humanidad.

Catalina Labouré medianera del mensaje una humilde joven campesina de Borgoña responderá al llamado de Dios a través de la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, fundada por el Santo, junto a Santa Luisa de Marillac, el 29 de noviembre de 1633, con el fin de servir a los pobres. Catalina ingresa como postulante en 1829 y luego, en el Seminario ubicado en la Casa Madre, en enero de 1830. Es en esta última donde suceden los acontecimientos más importantes de su vida: es visitada por la Santísima Virgen María la noche del 18 de julio de 1830, siendo el origen de una Asociación Mariana. La Virgen le revela muchas cosas sobre su vida, el futuro de Francia y, sobre todo, le encomienda una misión. Aquí las palabras textuales de los escritos de Catalina a su confesor el P. Aladel: “La Santísima Virgen quiere de Vd. una Misión: quiere que dé comienzo a una Orden, de la cual usted será su fundador y director. Se trata de una cofradía de Hijos e Hijas de María”. Esta Orden es la que se conoce hoy en día como Asociación Internacional Juventud Mariana Vicentina.

La segunda aparición ocurrió el 27 de noviembre de 1830. En ésta, la Virgen pide a Catalina que mande acuñar una medalla exactamente con la visión que tuvo en ese momento de la Santísima Virgen (en el anverso) vestida del sol, coronada con 12 estrellas con los brazos extendidos, el mundo bajo sus pies y aplastando la cabeza de la serpiente. En el reverso: los corazones de Jesús y María junto al Anagrama, envueltos por doce estrellas (La Iglesia). De esta manera deja su mensaje para el mundo, grabado en una sencilla medalla conocida, tiempo después, como “La Medalla Milagrosa”, prometiendo infinitas gracias a quienes la lleven con confianza; esta Medalla Milagrosa es el distintivo de la Juventud Mariana Vicentina, un recordatorio del Evangelio y de la misión que le fue confiada la noche del 18 de julio de 1830.

En República Dominicana: Desde el 1981, el espíritu Mariano Vicentino se hacía presente en el Centro Educativo Marillac (Casa Provincial de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl) y en la Parroquia San Vicente de Paúl; todo esto gracias a la presencia de las Hijas de la Caridad y los padres de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl que laboraban allí. En el 1992, tras la celebración del V Centenario de la Evangelización en América, se convoca en Santo Domingo el 1er Congreso Iberoamericano de JMV, acontecimiento marca la formalización de la asociación en el país. En el 1993 se celebra el 1er Encuentro Nacional de JMV donde se realiza la primera elección del Consejo Nacional y se fija el asiento del Secretariado Nacional en la Parroquia Santa Luisa de Marillac de Los Tres Brazos. Desde entonces, la Asociación ha crecido en cantidad, espiritualidad, formación y servicio. Hoy se encuentra presente en todas las parroquias de los Padres Paúles y algunas casas de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Es reconocida por el Arzobispado de Santo Domingo en febrero del 1992 y, a nivel internacional, son aprobados sus primeros estatutos nacionales en abril del 2001. JMV está presente en la Arquidiócesis de Santo Domingo y en las Diócesis de San Francisco de Macorís y Puerto Plata.

Identidad: JMV es una Asociación Católica Internacional, formada principalmente por jóvenes laicos, cuyo marco de referencia son las Asociaciones Laicas Internacionales de Fieles. Es la misma Asociación de Hijos e Hijas de María Inmaculada, que tuvo su origen en las apariciones de la Virgen María a Santa Catalina Labouré en 1830. La Asociación de Hijos e Hijas de María fue aprobada por el Papa Pio IX mediante los rescriptos del 20 de junio de 1847 y el 19 de julio de 1850. La Santa Sede, por decreto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica del 2 de febrero de 1999, aprobó los Esta- tutos Internacionales y reconoció el nuevo nombre de la Asociación, que mantiene la misma identidad.

Espiritualidad: La Asociación, por su naturaleza, es Laical, Eclesial, Mariana, Vicentina y Misionera. Por tal razón, el seguimiento de Jesucristo, evangelizador de los pobres, y la mirada atenta al ejemplo de María y de San Vicente de Paúl, hacen que JMV viva una espiritualidad cristocéntrica, mariana y vicentina. En resumen, la Espiritualidad de la Asociación está fundamentada en el cantico del Magníficat, invitando a los jóvenes a vivir las virtudes características de: Humildad, Obediencia, Caridad y Pureza.

Lema y logo: El lema de la Asociación “A Jesús con María”. El logo de la Asociación es en parte el reverso de la Medalla Milagrosa: el anagrama de María, acompañado por las letra J y V (jóvenes de la familia de San Vicente de Paúl); todo esto encerrado por doce estrellas (la Iglesia).

Fines y medios: Es la formación integral de los jóvenes, llevándolos al encuentro personal con Cristo desde la vida de oración contemplativa, en humildad y sencillez como María, y el servicio de los pobres al igual que San Vicente de Paúl. Para lograrlo se propone la vida en comunidad cristiana, con un proceso de formación sistemática, el estudio de la Palabra de Dios, el servicio a los necesitados y la inserción en la vida parroquial.

Servicio a la Iglesia y la sociedad: El rol de JMV en la Iglesia Católica es fundamental; sus miembros se integran en la vida parroquial activamente desde: el servicio con la catequesis (en especial con los niños y adolescentes), las celebraciones litúrgicas, las distintas pastorales (juvenil, mariana, social, entre otras) y haciendo vida su nota misionera: el llevar el Evangelio a los más necesitados, en sus parroquias y en distintos lugares del país. En la Sociedad, atendiendo al carisma Vicentino, se da en la asistencia a los enfermos, los ancianos, los niños desposeídos y la colaboración activa en las obras sociales de las Hijas de la Caridad y los Padres Paúles.

Acto de consagración: La Asociación ofrece a los jóvenes la Consagración a Cristo por María como una manera de explicitar su consagración bautismal y hacer de su vida un don total a Cristo, desde el servicio y la evangelización de los pobres, eligiendo a María como Madre y modelo de vida.

Estructura y organización: JMV está estructurada de forma jerárquica por Consejos Directivos, tanto a Nivel Internacional como Nacional. La Dirección General de la Asociación corresponde al Superior General de la Congregación de la Misión e Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. En República Dominicana, JMV se rige bajo los lineamientos de sus Estatutos Nacionales. Se organiza y estructura de la siguiente manera: Asamblea Nacional, Consejo Nacional, Consejos de Centro y Consejos de Comunidad. Domicilio Social: (Secretariado Nacional) en el Centro Educativo San Vicente de Paúl del sector Los Mina, Santo Domingo Este. Directiva actual: Coordinador Nacional, Jefferson Trinidad; Asesor Nacional, Diac. Antonio Hiciano C.M.; Asesora Nacional, Sor Roselín Jiménez H.C.; Secretaria Nacional, Maybel Ramírez; Tesorera Nacional, Magdalena Ortega.

 

Juventud Franciscana (JUFRA) República Dominicana

 

La Juventud Franciscana (JUFRA), somos la fraternidad de los jóvenes que nos sentimos llama- dos por el Espíritu Santo a hacer la experiencia de la vida cristiana a la luz del mensaje de San Francisco de Asís. (Art. 96.2). Actualmente la JUFRA está presente en diferentes zonas del país: Arquidiócesis de Santo Do- mingo y Santiago; Diócesis, San Pedro de Macorís (Yamasá), Ntra. Sra. de La Altagracia (Higüey) y La Vega.

El logo está compuesto por la Tau que identifica a la familia franciscana y los colores de la bandera dominicana que representa de donde somos geográficamente.

El escudo de identificación es el “Abrazo” franciscano que tiene los siguientes rasgos: dos brazos en cruz, que representa la unión entre Cristo y San Francisco de Asís, y la parte superior central una cruz iluminada.

Origen y ubicación: Se crea en la República Dominicana el 15 de noviembre de 1971 un movimiento de ideales cristianos, inspirados en San Fran- cisco de Asís, cuyo nombre es “JUVENTUD FRANCISCANA” (‘JUFRA”). Su sede nacional se encuentra en la Parroquia San Francisco (“Paz y Bien”), calle Sabana Larga, esquina Club Rotario; Ensanche Ozama, Santo Do- mingo, República Dominicana.

Carisma: La espiritualidad de la Jufra se fundamenta en San Francisco de Asís. Por ser laicos, consideramos la regla de la OFS, aprobada por el Papa Pablo VI, como el documento inspiracional, – sobre todo el Cap. II – para el crecimiento de nuestra vocación franciscana a nivel individual y fraterna. (Art. 96.3). (1) La norma de vida de los jóvenes franciscanos es el Evangelio, siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, quien hizo de Cristo el centro de su vida, en relación con Dios y con los hombres (1 Cel. 18:115); (Re. OFS II, 4).

Misión y obras: La juventud franciscana, con el fin de implementar el Proyecto Evangélico, tiene su específica organización y, esquemas apropiados a las necesidades del mundo juvenil y de su pedagogía, según las necesidades existentes en nuestro país. (Act. 96.5). Teniendo en cuenta que la juventud es la etapa de las grandes opciones en la vida, cuidaremos de orientar nuestras vidas respondiendo a la vocación concreta de cada uno. Como mensajeros de la perfecta alegría, procurarnos conducir a los demás a la alegría y a la esperanza. (Re. QFS. II, 19). Como jóvenes en camino a optar por el matrimonio, es nuestro deber el prepararnos a conciencia, promoviendo encuentros y cursillos para tal fin. Las diversiones y la fiesta son parte integrante de la etapa juvenil de la vida. Procuraremos que esos momentos sean experiencia de comunión e intercambio, de manera que seamos testimonio de vida cristiana. Puesto que la Jufra nos hace vivir el carisma franciscano en la etapa de la juventud, recomendamos para nuestra madurez, continuar la misma ingresando en la Orden Franciscana Seglar (OFS).

Asociación de Salesianos Cooperadores

 

¿Quiénes son los salesianos cooperadores? La historia de los Salesianos Cooperadores, según escribió el mismo Don Bosco, se remonta al año 1841, cuando él comenzó a recoger los muchachos pobres y abandonados en la ciudad de Turín, al norte de Italia. Les reunía en almacenes, solares y en iglesias, donde eran entretenidos con amenas recreaciones; también eran instruidos y encaminados a recibir dignamente los santos sacramentos. A este espacio de formación cristiana, humana y recreativa lo llamó “Oratorio”, inspirado en san Felipe Neri (1515, Italia).

Don Bosco se encontraba frecuentemente rodeado por quinientos o seiscientos muchachos y era muy difícil mantenerlos en orden y proveerlos de todo. Fue entonces que muchos sacerdotes y laicos se asociaron a él para ayudarlo: con su trabajo personal y con sus aportaciones sostenían la obra. Eran llamados benefactores, promotores y también cooperadores. Don Bosco los encargó de dar catequesis, asistir a los jóvenes, guiarlos en las oraciones y el canto, prepararlos a los sacramentos, mantener el orden, acoger a los que llegaban, participar en los juegos; también les daban clases y les enseñaban algún oficio (repostería, carpintería, zapatería, imprenta…) Pero clases y juegos no bastaban, eran demasiadas las necesidades de los muchachos, por eso las señoras no se quedaban atrás ayudando: remendaban y lavaban las escasas ropas de los oratorianos, cocinaban y les atendían como si fueran sus propios hijos. En 1858 Don Bosco presentó al Papa las Constituciones de la Congregación Salesiana, que contenían un capítulo XVI titulado “Externos”, en el que se refería a sus amigos y colaboradores del Oratorio, pero no fue hasta el 9 de mayo de 1876 cuando el Papa Pío IX puso su firma en el documento que aprobaba el Reglamento de ocho capítulos que presentaba como fin principal de los Cooperadores “ la vida activa en el ejercicio de la caridad hacia el prójimo, especialmente la juventud”. Habían nacido los Salesianos Cooperadores en la Iglesia: y el mismo Papa Pío IX fue el primer inscrito en la Asociación.

¿Qué hacen los Salesianos Cooperadores? Don Bosco propuso a sus Cooperadores “la misma mies de la Congregación a la que se asocian”. Comprende una amplia gama de acciones a favor de la juventud pobre y necesitada, pero siempre con estilo salesiano: paciencia, comprensión, amabilidad, bajando al nivel de ellos, con alegría. Muchos Cooperadores encuentran a los jóvenes en la propia profesión que desempeñan, se preguntan ¿cómo actuaría Don Bosco en mi lugar? Y encuentran la respuesta en su testimonio de vida. Otros transforman su tiempo libre en un espacio de fuerte compromiso al servicio de los jóvenes, en las actividades de la parroquia, del oratorio, del barrio. Muchos son animadores de grupos juveniles, otros trabajan en la animación litúrgica, en la catequesis y preparación a los sacramentos, también trabajan con emigrantes y muchachos con problemas (palomos, huérfanos, canillitas, chiriperos…) Algunos Cooperadores dedican sus vacaciones a trabajar en “campamentos de verano y animación cristiana”.

El compromiso de los Salesianos Cooperadores se orienta fundamentalmente a la defensa de los valores cristianos de la familia: armonía en el hogar, denuncia contra el aborto, lucha contra el abuso infantil, la pornografía y la droga. La comunicación social es un campo recomendado especialmente por Don Bosco a los Cooperadores. Otra realidad que recibe apoyo decidido de los Cooperadores son las misiones, haciendo más fácil la labor de muchos misioneros en países del tercer mundo.

¿Cómo lo hacen?

Don Bosco quiso siempre que sus Cooperadores estuviesen unidos en una organización muy flexible, capaz de adaptarse a las diversas situaciones locales: la Asociación De Salesianos Cooperadores y Salesianas Cooperadoras, una organización mundial que da soporte fraterno, orientación y alimento espiritual a todos los Cooperadores y Cooperadoras en el mundo. Toda la geografía mundial está dividida en 11 Regiones, que facilitan la labor de animación; éstas a su vez, están integradas por 91 Provincias. Finalmente, el primer eslabón de la cadena asociativa y núcleo central de la Asociación lo constituyen los Centros Locales (alrededor de un millar esparcidos por el mundo).

El Centro nos permite no andar solos y disponer de una comunidad de referencia en nuestra vida cristiana y salesiana, que se mantiene en comunión fraterna con todos los Salesianos Cooperadores y Cooperadoras repartidos por el mundo, mediante los distintos niveles de animación que tiene la Asociación: nacional, provincial, regional y mundial, orientados por los Consejos respectivos, bajo el ministerio del Rector Mayor, representante de Don Bosco, quien ejerce su autoridad y paternidad espiritual, que aglutina a la Familia Salesiana en torno a él. Para animar la Asociación a nivel mundial y coordinar sus iniciativas, le asiste un Consejo Mundial que tiene su sede en Roma.

Asumiendo los planes de la Iglesia local y en comunión con los demás grupos de la Familia Salesiana presentes en nuestro país: Salesianos de Don Bosco (SDB), Hijas de María Auxiliadora (FMA), Hijas de los Sagrados Corazones (HHSSCC), Misioneras Parroquiales (MPMA), De- votos de María Auxiliadora (ADMA), Voluntarias de Don Bosco (VDB), Damas Salesianas (DDSS), Exalumnos de Don Bosco (FEDEBOSCO), Exalumnas de las Hijas de María Auxiliadora (FANEX). Los SSCC tenemos presencia en Santiago, Jarabacoa, Moca, La Vega y Santo Domingo, donde existen seis Centros Locales para un total de diez a nivel nacional. Estamos desde 1979 en República Dominicana, que junto con Cuba y Puerto Rico constituye la Provincia Antillas, parte de la Región Interamérica, integrada además por Canadá, USA, México y América Central. Consejo Nacional: Arismendy Espinal, Coordinador; Espín Dicent, Administrador;Tania Julissa García, Enc. Formación; Marina Brea, Secretaria; Judith Vargas, Comunicación; Dolores Acosta, Apostolado; Katty Rivera, Vida Fraterna; Sor Lucila Padilla, Delegada FMA; Padre Erinel Quezada, Delegado SDB.

¿Por qué lo hacen? Porque nos damos cuenta de que la labor iniciada por san Juan Bosco en Turín estuvo por encima, incluso, del mismo entendimiento de Don Bosco que los muchachos pudieron captar de inmediato: era una obra de amor: una obra de Dios. Tampoco fue una casualidad, sino un camino de muchos años de recorrido siempre bajo la iluminación del Espíritu Santo y contando con la intercesión materna de María. Lo hacemos porque somos conscientes de que la obra inspirada por el Espíritu Santo a Don Bosco debe continuar, y es el mismo Espíritu quien nos inter- pela, nos llama a vivir el compromiso de nuestro bautismo con el carisma salesiano iniciado por Don Bosco, con su misma espiritualidad, utilizando como método pedagógico el Sistema Preventivo por él desarrollado, cimentado en tres pilares: la razón, la religión y el amor.

Nos esforzamos por hacer realidad el ideal de Don Bosco: que los niños y jóvenes lleguen a convertirse en buenos cristianos y honrados ciudadanos. Tratamos de ser signos y portadores del amor que Dios les tiene, para que alcancen la salvación a través del encuentro con Jesús resucita- do. Como nuestro fundador, estamos convencidos de que la juventud es la porción más preciosa de la humanidad, de la que depende el futuro y la instauración del Reino de Dios en el mundo, por eso nos identificamos con su lema de vida: “Dame almas y llévate lo demás”. Porque tenemos la certeza y seguridad de contar con la misma Madre y Maestra que Dios le ofreció a Don Bosco: María Auxiliadora, que nos brinda su intercesión, su apoyo maternal y su ejemplo de discípula fiel, confiada y dispuesta a seguirle hasta el final.