Sistema Integral de la Nueva Evangelización (SINE)

 

Origen: Ciudad de México, 1971-72 como Centro de Renovación Cristiana en el Espíritu Santo; en 1974, cambia su nombre a Centro de Evangelización y Catequesis e integra un proceso de iniciación cristiana a título de Iglesia; en 1981 inicia el proceso en la Parroquia de la Resurrección, México y se convierte en el proyecto piloto de lo que sería el Sistema Integral de Nueva Evangelización y en 1984 se estable la Sede de SINE Central México.

Misión del SINE: Busca cumplir la misión y la pastoral de la Iglesia de manera Integral. Donde no se tiene propiamente un plan de pastoral, el SINE ha ofrecido un proceso evangelizador completo con la metodología necesaria para realizar la misión de la iglesia. Para los lugares donde ya existen planes, ha dado su aporte a la Iglesia a través del contacto y diálogo eclesial, compartiendo su experiencia de misión y pastoral teórica y práctica con sus servicio y materiales impresos, involucrándose activamente en la Misión Continental Permanente, fruto de la V Conferencia en Aparecida, Brasil, 2007.

¿Qué es el SINE?: Es un modelo de proceso evangelizador para diócesis, parroquias, escuelas católicas, cárceles…con de 35 años de experiencia. 10 elementos esenciales, sucesivos y concatenados que propone el SINE: Testimonio, Primer Anuncio (Kerigma), Catequesis iniciatoria, Sacramentos, Comunión (peqs. Comunidades, etc.), Educación en la fe, Ejercicio de la Caridad, Misión, etc.. Que todos vivan la experiencia de pequeñas comunidades, centradas en la Oración, asiduas a la Palabra, alimentadas en la Eucaristía, con una sólida Edificación Espiritual y Solidaridad Social, llevando así a una auténtica comunión fraterna de todos. En el Directorio General para la Catequesis, DGC, números 47-49 se señalan los elementos del Proceso. Mismo que hace referencia al modelo de implantación y edificación de la Iglesia de AdGentes 2, fundamentado en el Nuevo Testamento y que se explicita en muchos de los documentos del magisterio reciente (Vaticano II, OICA, EN, CT, CL, RM, Medellín, Puebla, Santo Domingo, DA y otros).

Integralidad del SINE: Ir a todos, A todo el hombre (cuerpo, alma y espíritu), Darles todo (los elementos de la misión de la iglesia), Involucrados todos.

¿Cómo inicia el SINE en una parroquia?: Los servicios del SINE son canalizados vía la Oficina Nacional de Servicios del SINE en Rep. Dominica- na. Cuando un párroco quiere implementarlo, contacta a la oficina y allí se le orienta de cómo inicia el proceso: invitando primeramente al Consejo Parroquial pastoral y líderes más cercanos colaboradores a recibir una información Global. Siguiendo con los demás elementos para llevar a todos a vivir la experiencia comunitaria y cada miembro tenga un compromiso apostólico en las acciones ministeriales o áreas de pastoral en la parroquia.

Países donde está presente el SINE: México, Colombia, Brasil, Estados Unidos de Norte América, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Argentina, República Dominicana, Cuba, Puerto Rico. También en otros países y Continentes donde se ha implementado sin tener con- tacto previo o directo con SINE Central México: Europa: Francia, España; África: Nigeria; Asia: Corea. En Colombia el SINE es el modelo de referencia para 43 diócesis del país, conducido por Obispos y presbíteros.

Presencia en República Dominicana: 1982 (sin acompañamiento de SINE México), en la Parroquia Santísima Trinidad de la Arquidiócesis de Santo Domingo y se fue extendiendo a otras partes del país. La Iglesia Católica dominicana pide al Rvdo. Pbro. Alfonso Navarro que instalara en el país una Oficina y que desde ahí se impartieran los servicios del Sistema Integral de Nueva Evangelización para ser aplicados sin ser desvirtuado. 1992, SINE México instala la Oficina Nacional del SINE en Rep. Dom., en la Arquidiócesis de Santo Domingo; en 2001 fue trasladada a la Arquidiócesis de Santiago de los Caballeros y a partir del 2018 tiene su sede en la Diócesis de Puerto Plata. En 2019 Diócesis con presencia del SINE que tienen contacto con la Oficina SINE República Dominicana: Arquidiócesis de Santo Domingo y Santiago; Diócesis de La Vega y Puerto Plata.

Congresos internacionales del SINE y SINE Internacional: A raíz del avance, crecimiento y acogida del SINE en distintos grupos, diócesis y países, desde 1996 se están realizando Congresos Internacionales en Latinoamérica: Santo Domingo, República Dominicana en 1996; Guadalajara, México en 1998; Guadalajara, México en 2001; Santo Domingo, República Dominicana en 2003; Querétaro, México en 2005; Ciudad de Guatemala, 2011; Sao José dos Campos, Brasil en 2013; Guadalajara, México en 2015; Santo Domingo, República Dominicana en 2017. SINE INTERNACIONAL: Después del VIII Congreso Internacional de SINE en Sao José dos Campos, Brasil se empezó a conformar un equipo de SINE Internacional que comenzaría reuniendo una representación de los países donde el Sistema Integral de la Nueva Evangelización estuviera más desarrollado: México, Brasil y Colombia. Desde el año de 2013 este equipo se reúne con la finalidad de compartir y buscar puntos comunes de lo que en la línea de SINE se vive en dichos países.

Carta del Consejo Pontificio para la promoción de la Nueva Evangelización

En las primeras reuniones del Equipo de SINE Internacional se decidió so- licitar al Consejo Pontificio para la promoción de la Nueva Evangelización alguna forma que texto que avalara o explicara lo que ha sido el desarrollo de este Sistema. Con fecha 1 de mayo de 2014 recibimos una comunicación del Presidente del Pontificio Consiglio Per La Promozione Della Nova Evangelizzazione, Rino Fisichella – Octavio Ruiz Arenas, S; en la que da a conocer que por el trabajo que SINE está realizando es una obra que está conforme al mandato evangelizador del Señor, ya que: “Donde hay comunión eclesial y fidelidad al Magisterio de la Iglesia, donde la Palabra se transmite con alegría y valentía, donde se garantiza un permanente dinamismo misionero, donde se construye comunidad y se multiplican los frutos de fe y caridad, especialmente a favor de los más pobres, se puede decir que allí está el Espíritu del Señor expandiendo su Reino”.

Directiva Nacional SINE: Águeda de la Rosa, agueda_mc@hotmail.com, (809) 760-3119 / (809) 739-2058; Joanny Teresa Morales Sánchez, tere- samor79@hotmai.com, (809) 433-0836; Rita Alt. Abbott Vander- Horst, rabbott28@gmail, (809) 906-8143; Juan de Jesús Pichardo, (829) 375-9854; Beatriz Sandoval, (849) 919-4097; Nelly Rosario, (829) 830-1707.

Renovación Carismática Católica Dominicana (RCC)

 

Lo que conocemos hoy como Renovación Carismática Católica (RCC) es parte de una corriente ecuménica de gracia. Nació por voluntad soberana de Dios en la Iglesia Católica en 1967 y emergió como fruto del Concilio Vaticano II. Esta Gracia del Espíritu Santo a Nivel Mundial y con muchas expresiones no es solo un movimiento unificado como otros. No tiene un fundador o un grupo fundador sino que es un acto soberano del Espíritu Santo. Es una corriente de Gracia que permite a las personas, grupos, comunidades, actividades y ministerios expresarse de maneras diferentes con diferentes formas de organización.

Una de las características de la RCC es la amplia variedad de expresiones y ministerios que forman una unidad en la diversidad, pero sin embargo, comparten la misma experiencia fundamental del “Bautismo en el Espíritu Santo”; y abrazan los mismos objetivos generales. La base teológica de la Renovación Carismática está en el Misterio Trinitario y, particularmente, en el conocimiento progresivo de la Persona del Espíritu Santo y de su acción insustituible e ininterrumpida en la Iglesia y en cada uno de nosotros.

Fue traído al país en el año 1971 y sacerdotes pioneros de gran reconocimiento como el P. Benigno Juanes y el P. Emiliano Tardiff contribuyeron a dar testimonio del gozo y los frutos que se manifiesta al sentir la presencia del Dios. Desde sus inicios se conoció el manual del Seminario de Vida en el Espíritu Santo. El 15 de enero de 1978 fue celebrado el primer Encuentro Nacional Carismático Católico en el Estadio Olímpico, con la asistencia de más de 20,000 personas a nivel nacional y algunos invitados internacionales.

En el Continente Americano, al cual pertenecemos, es dirigido por el Consejo Carismático Católico Latinoamericano (CONCCLAT). Éste es quien da servicio asesoría y asistencia a toda América Latina, no tiene una sede fija, sino que su asiento es en el país en donde reside la persona que lo presi- de. Está conformado por cada uno de los Coordinadores Nacionales de la Renovación de los países miembros. Además, se realizan cada dos años los Encuentros Carismáticos Católicos Latinoamericanos (ECCLA), donde participan los principales dirigentes de los distintos países de América.

La RCCD es un organismo dependiente de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED). Desde el 5 de julio del año 2012 cuenta con sus propios Estatutos, aprobados por la CED, los cuales entraron en vigencia el 1 de enero del 2013. Para su dirección y control la RCCD cuenta con la estructura orgánica siguiente: el Equipo Nacional, el Consejo Nacional de Observadores, los Equipos Diocesanos, El Consejo Diocesano de Observadores, los Equipos Sedes, los Equipos Parroquiales y los Equipos de Servidores y de Ministerios. El Equipo Nacional es la máxima instancia de autoridad laical, de dirección y organización de la RCCD. Actualmente está conformado por Luis Espinal, Coordinador Nacional; Juliana de Jesús, Vicecoordinadora; Miledys Pérez, Secretaria; Kenia De la Rosa, Tesorera; Yuderkys Sánchez, Representante Juvenil; los Coordinadores y Vicecoordinadores de cada Equipo Diocesano, más los Asesores Espirituales de los mismos y el Asesor Espiritual Nacional que es el Rev. P. Pablo Zorrilla.

Tiene como máxima autoridad jerárquica al Obispo Presidente designado por la CED, quien de manera personal o a través del Coordinador Nacional, traza a nombre de la CED, las pautas y orientaciones doctrinales, espirituales, pastorales, disciplinares, u otras, que la Jerarquía de la Iglesia Católica considere necesaria para el buen funcionamiento y crecimiento de la RCCD. El Obispo designado es Mons. Ramón De La Rosa.

Son miembros de la Renovación Carismática Católica Dominicana (RCCD) aquellas personas que habiendo tenido una experiencia personal con Jesucristo resucitado y actuante, se sienten motivadas a asistir y participar comprometidamente en un Grupo de Oración o Ministerio Carismático oficialmente reconocido como perteneciente a la RCCD. Los Grupos de Oración, con su equipo de servidores organizados conforme a los diversos carismas suscitados por el Espíritu Santo, constituyen la expresión comunitaria básica de la RCCD. En la medida en que van madurando vi- ven su fe como comunidades fraternas sólidas. Entendemos por Grupo de Oración a un grupo de fieles que se reúnen en torno a Jesucristo, guiados por el Espíritu Santo, para compartir la fe y la experiencia cristiana, de un encuentro de ojos abiertos y corazón palpitante con el Señor Jesucristo resucitado que transforma nuestras vidas y hace que nos edifiquemos mutuamente dando siempre el honor la gloria y la y alabanza al Padre Celestial. En la actualidad la RCCD cuenta con más de 3,500 grupos de oración a nivel nacional, los cuales se reúnen semanalmente en Parroquias, capillas y en casas de familia para orar.

Los Ministerios Carismáticos son expresiones que surgen como fruto del Espíritu para brindar un servicio determinado al Pueblo de Dios con las características propias de la RCC, transmitiendo sus experiencias: Ministerio de Evangelización, de Formación, de Asistencia y Caridad, de Sanación, de Retiros Generales y Zonales, de Comunicaciones, de Música, de Seminarios de Vida en el Espíritu, de Casas de Oración e Intercesión; Ministerio de Niños, de Jóvenes, y otros que puedan surgir.

La Renovación Carismática Católica Dominicana busca evangelizar al mundo de hoy a partir de la experiencia de Pentecostés para la construcción del Reino de Dios; contribuyendo en la formación de laicos compro- metidos con la experiencia de la vida en el Espíritu, para hacer presen- te el Reino de Dios a través de sus dones y carismas, multiplicando los mismos, viviendo en unidad, servicio y santidad, en una Iglesia renovada, uniéndonos en la intercesión a la Santísima Virgen María dando la Alabanza, el honor y la gloria a la SANTÍSIMA AUGUSTISIMA e INDIVISIBLE TRINIDAD de DIOS. Tenemos nuestra Casa Nacional en Santo Domingo y presencia en todo el territorio nacional, en parroquias, capillas y casas.

Movimiento de los Focolares

 

Quiénes somos: El Movimiento de los Focolares es una gran y variada familia, es un “nuevo pueblo nacido del Evangelio”, como lo definió su fundadora, Chiara Lubich, que lo inició en 1943 en Trento (Italia), durante la segunda guerra mundial, como una corriente de renovación espiritual y social. Fue aprobado en 1962 con el nombre oficial de Obra de María y difundido en más de 180 países con más de 2 millones de adherentes. El nombre viene del italiano “Fuego del hogar”. El Movimiento fue denominado “de los Focolares” por la gente de Trento, por “el fuego” del amor evangélico que animaba a Chiara Lubich y a sus primeras compañeras.

El mensaje que quiere dar al mundo es el de la unidad. El objetivo es, por lo tanto, el de cooperar en la construcción de un mundo más unido, impulsado por la oración de Jesús al Padre “Que todos sean uno” (Jn 17,21), en el respeto y valorización de las diversidades. Y para alcanzar esa meta se pone como prioridad el diálogo, en el compromiso constante de construir puentes y relaciones de fraternidad entre las personas, los pueblos y los ámbitos culturales. El Movimiento cuenta, en su interior, con cristianos de muchas Iglesias y comunidades cristianas, fieles de otras religiones y personas de convicciones no religiosas. Cada uno adhiere a él en sus fines y su espíritu, en la fidelidad a la Iglesia de cada uno, o al credo de cada uno, y a su conciencia. Las Comunidades son llamadas Focolares, en donde viven los que en el Movimiento han hecho votos de castidad, pobreza y obediencia.

Nuestra historia: 1944 – El drama del segundo conflicto mundial imparte una lección decisiva: “Todo cae, todo es vanidad de vanidades. Sólo Dios permanece”. Dios amor irrumpe en la vida de Chiara transformándola. Un descubrimiento que enseguida comunica y comparte con otras jóvenes que serán sus primeras compañeras. A los refugios llevan sólo el Evangelio: aquellas palabras se iluminan con una luz nueva: en ellas encuentran el “cómo” responder a este amor. En el mandamiento que Jesús dice suyo y nuevo: “ámense los unos a los otros como yo los he ama- do”, descubren el corazón del Evangelio. Viviéndolo con radicalidad, experimentan un salto cualitativo en su vida personal y comunitaria. En el testamento de Jesús “que todos sean uno”, encuentran el por qué de sus vidas: contribuir a realizar el plan de Dios sobre la familia humana.

La experiencia de “Dios amor” es la chispa inspiradora que da inicio al Movimiento; el amor recíproco constituye su tejido espiritual; el “que todos sean uno” es su objetivo. Son éstos algunos de los puntos cardinales de una nueva corriente espiritual: la Espiritualidad de la Unidad, que llegará a ser cada vez más universal.

Qué Nos mueve: Un amor dirigido a todos y que no discrimina, que toma la iniciativa; que ama como a sí mismo y no rechaza a nadie, ni siquiera a los enemigos. Para que pueda llamarse evangélico, ésas tendrían que ser las cualidades de nuestro amor. Es una labor nada fácil, que requiere un ejercicio constante y cotidiano. Es por ello que Chiara Lubich lo definió a este amor como “un arte”, un método, que se les propone a todos: cristianos, hombres y mujeres de credos diferentes y personas sin una referencia religiosa. En la conciencia de que esta nueva disposición de ánimo es el primer paso para una revolución pacífica, capaz de cambiar el corazón de las personas y del mundo entero.

Caminos para la Unidad, Los Diálogos: a nivel de individuos, personalidades y Movimientos, comunidades y grupos, se delinea como la vía privilegiada para promover la unidad: dentro de la propia Iglesia para profundizar la comunión entre los Movimientos Eclesiales, las nuevas comunidades y las asociaciones laicales, con los carismas antiguos y nuevos de las congregaciones religiosas; entre las Iglesias cristianas, para entretejer relaciones de comunión fraterna y de testimonio común, que hacen caer prejuicios y abren un diálogo de vida, del pueblo, cual levadura para acelerar el camino hacia la unidad visible de los cristianos; con el judaísmo, para sanar las heridas de siglos y redescubrir el patrimonio y las raíces comunes; entre las religiones, para construir un mundo fraterno basado en los valores del espíritu; con personas de convicciones no religiosas, para colaborar, sobre la base de los valores comunes y del respeto de los derechos humanos, en los campos de la solidaridad y de la paz.

En lo social: La reciprocidad del amor hasta construir la unidad se revela como el “código” para transformar la sociedad, imprimiendo la dimensión de la comunión, de la solidaridad en los distintos ámbitos de la sociedad, como: la política, la economía, la moral pública y la ética social, la salud, el orden social, el arte, la educación, la cultura, la comunicación social, las relaciones entre los pueblos. De especial relevancia:

El Movimiento político por la unidad: abierto a personas comprometidas a distintos niveles, de distintos partidos políticos, que propone la fraternidad como categoría política en vista del bien común.

La Economía de Comunión: proyecto que, en el mundo de la Economía, inspira la acción de más de 750 empresas y tiene un impacto también a nivel cultural.

La cooperación internacional: más de 1000 obras sociales de distinta magnitud en los 5 continentes. Se han desarrollado especialmente en el ámbito socio-sanitario y educativo en las áreas menos favorecidas. La valorización de la reciprocidad suscita auto desarrollo y rescate social, son todas acciones sostenidas por una ONG del Movimiento: Acción mundo unido (AMU).

Presencia en República Dominicana: El Movimiento de los Focolares está presente en la República Dominicana desde el año 1982, cuando fue presentado a varios grupos eclesiales. En esta primera visita a la República Dominicana fueron recibidos por el Sr. Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, en aquel entonces Arzobispo de Santo Domingo, que los animó a seguir adelante en el difundir la espiritualidad del Movimiento en su Arquidiócesis. Alentados por la disposición del Cardenal se continuó viajando a la República por varios años visitando en los diferentes pueblos los grupos de personas deseosas de vivir la espiritualidad de la unidad. Por dos años consecutivos: 1985 y 1986 los miembros fueron invitados a presentar esta espiritualidad a la Conferencia Episcopal. Los obispos vieron en el Movimiento un instrumento poderoso para trabajar sobre todo con la juventud y expresaron su deseo de que se abriera un centro permanente en la República. Respondiendo a esta solicitud y por la rápida expansión del Movimiento en el país, se abrió un Centro Femenino formado en aquel entonces por tres focolarinas (miembros consagra- dos) y hoy en día por cinco.

Actualmente, tenemos grupos del Movimiento en las principales ciudades del País compuesto por personas de todas las edades. Cada verano el Movimiento de los Focolares realiza un retiro de cuatro días llamado Mariápolis en el cual participan alrededor de 500 personas. Están presentes en las Arquidiócesis de Santo Domingo y Santiago y en las Diócesis de Mao-Montecristi y Nuestra Sra. de la Altagracia. Directiva nacional: Directora regional, Estebanía Rodríguez y Ángel Cano, ffsantodomingo@claro.net.do | (809)686-3291.

Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC)

Es un carisma que el Espíritu Santo ha suscitado en orden a la edificación de la Iglesia y a la evangelización del mundo.

Su origen es la respuesta cristiana a una serie de acontecimientos históricos que evidenciaron la realidad de la cristiandad en la España de la posguerra (1936-1939); una sociedad que vivía de espaldas a Dios, donde el cristianismo había dejado de ser influyente, donde se vivía un “cristianismo social”, sin coherencia ni compromiso con el evangelio. En este escenario la Juventud de Acción Católica Española (JACE), re-toma el proyecto de realizar una gran peregrinación de jóvenes a Santiago de Compostela, a celebrarse en el año 1948. Bajo la consigna de Manuel Aparici: “100,000 jóvenes a Santiago”. La preparación espiritual para esta peregrinación: “Cursillo de Adelanta- dos de Peregrinos”, diocesanos, dirigidos por miembros del Consejo Nacional de la JACE y “Cursillos de Jefes de Peregrinos” en parroquias, dirigidos por miembros de los Consejos Diocesanos.

Así, bajo la acción del Espíritu Santo, y tomando como base los cursillos de adelantados y jefes de peregrino, un grupo de jóvenes de la isla de Mallorca, con una notable inquietud apostólica, mediante un intenso trabajo de estudio, reflexión, experimentación y adaptación, desarrollaron una nueva forma de evangelizar, que permitía que el con- tenido esencial del cristianismo fuera presentado y captado especial- mente por los alejados de Dios y de la Iglesia, que posteriormente se llamó “Cursillos de Cristiandad”, algo nuevo y diferente a lo anterior por su enfoque, finalidad y sentido.

 El Estatuto del Organismo Mundial del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (OMCC) recoge que “de este grupo de iniciadores tuvieron parte muy importante sobre todo laicos guiados por Eduardo Bonnín Aguiló, además de varios pastores, entre los que se encontraban el entonces Obispo de Mallorca, Mons. Juan Hervás Benet, y el sacerdote Mons. Sebastián Gayá Riera”. El primer Cursillo de Cristiandad comenzó en la tarde del 7 de enero de 1949, en la Ermita de San Honorato del Monte Luliano, de Randa, en la isla de Mallorca, España”.

Desde sus inicios se planteó la necesidad del seguimiento y la perseverancia de quienes habían vivido la experiencia del cursillo y se empezaron a formar los primeros grupos de cursillistas. A finales de 1949, se asumió la “Reunión de Grupo” o el grupo de amistad, como un elemento especifico y esencial del movimiento y en 1953, se organizó la primera reunión semanal de seguimiento: “La Ultreya”, para facilitar el crecimiento y perseverancia en la Gracia obtenida.

Numerosos laicos y sacerdotes que participaron del cursillo en diversas diócesis de España, ilusionados con su potencial evangelizador, lo trasladan a los países de Latinoamérica, llegando al continente Americano por Colombia en 1953, primer país en celebrar Cursillos fuera de

España, además siendo este el primer cursillo de Mujeres del mundo. En el mes de Septiembre del año 1962, procedentes de Puerto Rico, de las Diócesis de San Juan y Arecibo, y por iniciativa del entonces nuestro arzobispo, Monseñor Octavio Antonio Beras, llegan a nuestro país los Cursillos de Cristiandad. El Cursillo de Cristiandad No. 1, de la Rep. Dominicana, se celebró del 27 al 30 Septiembre de 1962, en el colegio Mayor San José de Calasanz, de los padres Escolapios, en la ciudad de Santo Domingo, D.N. A partir de ese momento los cursillos se expanden por todo el territorio nacional. En el mes de diciembre de 1969, surge nuestra revista “Palanca”, órgano oficial de difusión del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, editada en Santo Domingo y publicada cada mes ininterrumpidamente.

De forma simultánea a la expansión mundial del Movimiento, se van estableciendo sus estructuras básicas de servicio, que son las que realmente darán forma al MCC como tal, estas son:

  1. La Escuela de Dirigentes: Es el eje que dinamiza todo el Movimiento. Es la comunidad de cristianos, con las aptitudes y actitudes necesarias, que, en un clima de amistad, buscan estar cada día más centrados, comprometidos y conjuntados para acelerar la vivencia de lo fundamental cristiano en sí mismos y en los ambientes, promoviendo así la vida del MCC.
  2. El Secretariado Diocesano o Arquidiocesano: Son los organismos específicos para orientar, coordinar e impulsar al MCC en las realidades diocesanas o arquidiocesanas. Son designados por los obispos de las diócesis donde funcionan.
  3. El Secretariado Nacional: Es una estructura de servicio, reconocida por la Conferencia Episcopal, para que sea vía de comunión, de participación y de orientación del MCC en un país concreto. Siendo custodios de la identidad del MCC, manteniendo la fidelidad a su carisma, mentalidad y finalidad. Está dirigido por un Comité Ejecutivo elegido cada cuatro (4) años. Actualmente Guillermo Mejía es el Presidente Secretariado Nacional MCC.
  4. Los Grupos Internacionales: Es el Organismo que reúne y representa a los Secretariados Nacionales reconocidos por las respectivas Conferencias Episcopales. Existen cuatro (4) grupos internacionales: El Grupo Latino Americano (GLCC); EL Grupo Asia -Pacifico (APG); El Grupo Norteamericano y del Caribe (NACG); El Grupo Europeo (GECC).

Su misión es: Coordinar a los Secretariados Nacionales y apoyar sus relaciones con el OMCC; Impulsar, a nivel mundial, la reflexión permanente y dinámica sobre la identidad del MCC, conforme a su carisma, mentalidad, finalidad y método propio; Ayudar a la pro- moción del MCC en los países donde está constituido; Ordenar y coordinar los recursos que permitan alcanzar los objetivos y orientaciones de los Encuentros Internacionales.

  1. El Organismo Mundial de Cursillos de Cristiandad, OMCC, es el órgano de coordinación del MCC a nivel mundial, responsable del intercambio de informaciones, iniciativas y reflexiones, al servicio de la unidad dinámica del Movimiento. Es un organismo de servicio y ejerce su autoridad de acuerdo a lo previsto en su Estatuto. Guillermo Mejía es el actual Vice-presidente del Organismo Mundial.

El OMCC fue fundado en nuestro país en Junio de 1980, durante el V Encuentro Interamericano de Dirigentes, donde fuimos escogidos como la primera sede de ese organismo. El reconocimiento canónico del OMCC como órgano de coordinación del Movimiento de Cursillos de Cristiandad a nivel mundial lo realiza el Pontificio Consejo para los Laicos, en la Santa Sede en Roma, en el año 2004, y en Septiembre de 2014, el mismo Pontificio Consejo confirma la aprobación definitiva de los estatutos del OMCC.

Al tiempo se concretaban los primeros Cursillos, se configuraba un Movimiento, con una serie de elementos distintivos: un grupo de personas que compartían una mentalidad; una finalidad: “vertebrar la Cristiandad”; un método eficaz para conseguir la finalidad perseguida; un mínimo de organización y estructura.

El carisma de Cursillos es un don que el Espíritu Santo derrama en su Iglesia; Que conforma una mentalidad e impulsa un Movimiento eclesial; Que, mediante un método kerigmático propio; Posibilita la vivencia y con- vivencia de lo fundamental cristiano; Ayuda a descubrir y realizar la propia vocación personal y Promueve grupos de cristianos que fermenten de evangelios los ambientes, a través de la amistad.

A partir de esa mentalidad se estableció una nueva forma de evangelizar: Que parta de la realidad concreta de la persona; Que les presente y les posibilite vivir lo fundamental cristiano; Que les proyecte a un apostolado en los ambientes. Así, de la mentalidad surge el método estratégico que caracterizará al Movimiento, compuesto por tres tiempos de actuación: El pre-cursillo, El cursillo y El pos-cursillo. De esta forma, el Movimiento de Cursillos de Cristiandad se configura como un Movimiento eclesial, de característica universal y diocesana, cuyos miembros están llamados al apostolado, con una espiritualidad cristocéntrica y paulina, distribuido por todo el mundo, prestando en las diversas culturas y realidades sociales un eficaz servicio en la evangelización, centrada en el kerygma y en la conversión de las personas en sus diferentes ambientes y en la construcción de un mundo mejor.

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